La mayor parte de las veces que ilustro la portada de un libro, mis dibujos parten de detalladas descripciones de lo que el autor o el editor quieren que allí aparezca. Así pues, personajes y situaciones toman vida a partir de unas pocas líneas. En contadas ocasiones, tengo acceso al texto del libro que voy a ilustrar y, si tengo tiempo para leerlo, puedo tener una visión mucho más completa de la ambientación y tono de las historias sobre las que dibujo.
Cuando trabajé en la portada de Vindius, lo hice sin haber leído nada del libro en cuestión. Pero autor y editor (ambos fans del género de la espada y brujería) me hicieron llegar esas descripciones de las que os hablo, así como el tono general de la novela. Sabían que yo iba a captar esa esencia, pues es un género que me apasiona.
Pasados unos meses de la conclusión aquel trabajo, he acudido a mi pila de lecturas pendientes (todos tenemos una , ¿no?), he rescatado ese libro de portada azulada y me he sumergido en un mundo de barbarie y magia maravilloso. Sabía que, en cuanto a acción y brutalidad, la novela no me iba a defraudar y que Vindius iba a ser el bárbaro de tomo y lomo que me esperaba encontrar. Pero he de confesar que Luis Guillermo del Corral (autor de la novela) me ha sorprendido con la plasmación de una Hispania mágica que cautiva especialmente. Las historias de los diferentes relatos que conforman este volumen están intensamente impregnadas de una interesante y desconocida mitología cántabra que las hace diferentes y especiales.
En la imagen que hoy os traigo, he querido plasmar la escena del primer gran reto al que Vindius va a tener que hacer frente en el libro: el enfrentamiento con el Ojáncano.
Si os gusta, la tenéis en gran resolución aquí:
Portada de la novela, que podéis comprar aquí:
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